sábado, 25 de julio de 2015

Encuentro En La Amazonia Con El Padre Umbral Y Los Nuevos Kimbisa



Los nuevos kimbisas, al igual que muchos brujos de la vieja guardia, no permiten que sus voces e imágenes sean capturadas de otro modo que no sea con la memoria que, en su opinión, es la verdadera fortuna de los mortales. Por eso las citas que verán entre comillas no son transcripciones exactas de las conversaciones, pero sí muestran las cosas que presencié y aprendí entre ellos este año, en la selva, tal y como las recuerdo, aunque con mis propias palabras. Muchas de las conversaciones con el Padre Umbral las resumo en forma de preguntas y respuestas, para facilitar su comprensión y no alargar demasiado el texto.

No es frecuente que tenga que subir a un avión de improviso para cruzar el mundo pero tampoco es la primera vez que lo hago y se que no será la última. Recientemente estuve en Brasil, invitado por la familia de una joven muy enferma que conoció a un tata ahijado mío, que ejerce en Sao Paulo. Mi ahijado es fuerte y consiguió que la paciente se sintiera mejor durante un tiempo, pero llegados a un punto su energía ya no fue suficiente para salvarla y me llamó para que le echara una mano. Era un caso muy feo, pero entre los dos pudimos llevarlo a buen término en pocos días.

Terminada la curación, dejé a mi ahijado a cargo de la convaleciente y tomé otro vuelo a Manaos, capital del estado de Amazonas. Acudía a otra cita largo tiempo aplazada por las circunstancias de la vida. El encuentro con _en mi opinión_ uno de los brujos más visionarios e interesantes del exuberante universo mágico afroamerindio: el Padre Umbral Mundo Nuevo, fundador y guía de la Nueva Regla Kimbisa.

http://palomontenegro.blogspot.com/2010/11/la-nueva-regla-kimbisa-los-herederos-de.html.

http://palomontenegro.blogspot.com.es/2010/11/la-nueva-regla-kimbisa-los-herederos-de_20.html.

En Manaos alquilé un todoterreno y conduje durante horas en dirección norte, siguiendo con el GPS las coordenadas recibidas la noche anterior, en un mensaje de texto, hasta un restaurante de carretera, cerca de Boa Vista. Allí me esperaban tres hermanos kimbisa: dos jóvenes y un viejo conocido. 

El "Chino" me reconoció enseguida y se levantó para abrazarme, todo gritos y sonrisa, como buen habanero. Es un kimbisero de la vieja guardia, como yo y nos conocemos desde Cuba, hace veintipico de años. Fue de los primeros en unirse al Padre Umbral cuando fundó la Nueva Regla Kimbisa, en 1999. 

Por ese entonces yo estaba viviendo en Estados Unidos y luego en Europa _cuando en el 2004 el Padre Umbral y algunos de sus nuevos kimbisa abandonaron la isla en balsa y después empezaron a viajar por América, hasta llegar al Amazonas_, así que nunca tuve oportunidad de conocer personalmente al Padre Umbral y a su regla, pero amigos como el Chino me mantuvieron al tanto y por eso siempre tuve curiosidad por su trabajo. Por fin estaba a punto de conocer al brujo más renovador y polémico del mundo religioso afrocubano desde que el propio Andrés Petit fundara la primera potencia Abakuá para blancos y mestizos, en el siglo XIX, cuando la isla era aún colonia española.

Después de las presentaciones y de comer algo rápido, mientras me ponía al día con el Chino, dejamos mi coche en el aparcamiento del restaurante y los cuatro nos fuimos en "La flecha", una vieja camioneta Ford modificada con neumáticos de tractor, un motor nuevo y una flecha plateada pintada a cada lado, a lo largo del vehículo.

"Cosas de los chicos" _me explicó el Chino y me contó durante el trayecto, entre otras cosas, cómo en los últimos años, poco tiempo después de "ser adoptados por la Amazonia", el reducido grupo de nuevos kimbisa que se mantenían unidos al Padre Umbral cuando llegaron allí, empezó a ver crecer su número con gente de la zona de la frontera o que venían de Brasil, Venezuela y Colombia ( aunque también tenían gente nueva de Mexico y Francia que conocieron por otras vías ); principalmente jóvenes con grandes inquietudes espirituales _"y medio achicharrados"_, añadió mi amigo, señalando en broma a la cabeza de sus compañeros, que al unísono empezaron a hacer muecas y visajes. 


Camino al campamento de los nuevos kimbisa, en un intrincado lugar de la selva amazónica, me enteré de que ahora eran cerca de 70 hermanos viviendo en "la Aldea", como llaman ellos al antiguo asentamiento indígena sobre el que se establecieron. Un lugar de poder, me advirtieron y lo pude comprobar esa noche no más llegamos.

La bulla se escuchaba en varios kilómetros antes de entrar a la aldea, que me recordó una feria de noche, llena de lamparitas solares( se preocupan mucho por la ecología y el medio ambiente, por lo que emplean luces y baterías solares y dinamos para hacer funcionar la mayoría de sus equipos ), antorchas y faroles de papel. Los tambores retumbaban en mi pecho acelerado y, en contraste, el sonido melancólico de una guitarra eléctrica( amplificado con la batería de un jeep ) me puso los pelos de punta desde la base de la columna hasta la cabeza. Tuve que controlar mi respiración para calmar mi pulso y no caer en trance allí mismo, antes de bajar del carro. Nunca había sentido una llamada tan intensa ni en los mejores salones de santo de Matanzas, ni en los toques más duros de ñáñigos y nganguleros de Oriente y de La Habana, donde orishas y nkisis pugnaban por "montarte" en cuanto cruzabas la entrada de la casa o del solar donde se estuviera tocando.

Pese a lo anacrónico que pudiera parecer el uso de un instrumento tan moderno como una guitarra eléctrica en un ritual chamánico en medio de la selva amazónica, lo cierto es que ambos sonidos -tambores y cuerdas eléctricas_ se complementaban a la perfección para inducir al trance con violencia inusitada: _"La electricidad es una energía natural y por eso también es mágica, aunque provenga de una guitarra o de un rayo. ¿Qué crees que hacían los viejos tatas africanos trabajando con imanes y mataris( piedras ) de Nsasi( 7 Rayos, la fuerza del rayo ), si no emplear las energías eléctricas y magnéticas de esos elementos para manipular las leyes de la naturaleza?"_ me explicó el propio Padre Umbral, un rato después de ser calurosamente recibidos en el campamento. 

"La espiritualidad no radica en el objeto en sí, como una guitarra, un tambor o una mpaka, sino en el uso que le damos" _continuó_. "Un machete no tiene poder mágico si se usa para cortar caña. El machete tendrá poder si se dedica exclusivamente a tareas mágicas, que no son de este mundo. Y lo mismo pasa con la gente. Todos nacemos con potencial, pero si no lo consagramos a la búsqueda espiritual nunca tendremos poder espiritual o mágico; como prefieras llamarlo. No se puede vivir como una persona normal, como un esclavo más de la sociedad materialista, con todo su consumismo, estrés y banalidad, y pretender ser una persona especial, original y mucho menos con poderes mágicos".

La Aldea consistía en un cinturón de tiendas de campaña alrededor de un puñado de edificaciones de madera y bambú atados con soga de cáñamo, adobe y grandes hojas secas de plátano y palmeras que, a su vez, rodeaban una amplia y concurrida plaza de tierra apisonada, con un pozo y una enorme Mafumeira ( especie de ceiba ) en el centro, bajo la cual se encontraban varios hermanos tocando diferentes tambores y sonajeros tradicionales, instrumentos artesanales de viento y cuerdas, la guitarra eléctrica y unos teclados eléctrónicos que no conseguía escuchar. Los teclados, me explicaron los jóvenes ( Fabio, de Brasil y el "Cuco", colombiano. Ambos de veintitantos, llevaban cerca de dos años en la Aldea, desde que pasaron las pruebas y fueron aceptados y rayados en la Nueva Kimbisa ), emitían sonidos binaurales, en frecuencias imperceptibles para un humano de forma consciente. Por eso no los escuchaba. Portaban mensajes subliminales dirigidos a los espíritus de vivos y no vivos, para potenciar los efectos de la música, atrayendo a las entidades sin materia a este plano y facilitando diversos niveles de trance y otros estados especiales en los humanos. Así logran ocultarse de espíritus burlones y peligrosos, sintonizando exclusivamente con cada entidad que precisan en cada ocasión, y enfocan con mayor intensidad y precisión los ataques y pinchas( trabajos, enviaciones espirituales para malo o bueno ).

"Igual los nfumbe tocan", me dijo el Cuco señalando a la mafumeira, de cuyas ramas colgaban cientos de objetos o fragmentos que producían resplandores y un murmullo de sonidos de cristal, como risas de niños traviesos, mecidos por invisibles vientos, que servían de fondo coral al mágico concierto."Así sabemos que no estamos hablando solos. Compartimos la música con ellos y si no vienen o no están contentos por algo, desafinan."

Nos dirigimos hacia una de las casas iluminadas, en cuyo amplio portal se agrupaban una docena de personas que nos abrieron paso entre la neblina de sus tabacos( los cubanos llamamos tabaco a los puros y cigarros, a los cigarrillos ) hasta un hombre de camisa clara de mangas cortas, que miraba absorto el espectáculo con los brazos tensos y las manos cruzadas a la espalda. Sin darse la vuelta, me hizo una seña con el hombro de que me acercara y después señaló con el dedo hacia algo invisible, a medio camino entre nosotros y el fuego de la hoguera que iluminaba el centro de la plaza, convertida esa noche en escenario mágico y portal entre mundos. Era el Padre Umbral.

Nadie me lo había dicho, pero yo sabía que era él o, mejor dicho, mi espíritu lo sabía y por eso mi cuerpo se puso en alerta en cuanto me acerqué a su aura, bastante más ancha e intensa que la de cualquier persona normal y que la de muchos religiosos. Me dije que era una reacción natural a la presencia de un espíritu tan fuerte y complejo y me controlé. No obstante era incapaz de mirar directamente hacia el punto en el espacio que señalaba su dedo, como si al hacerlo fuera a caer en una trampa. Umbral sonrió sin volver el rostro y a mi se me pusieron los pelos de punta.

Empezó a hablar sin cambiar de posición, como si leyera el texto en aquél punto imaginario en el que tenía clavados los ojos. "Nuestros ancestros se comunicaban con los muertos y los sin cuerpo desde la noche de los tiempos, pero lo hacían dando palos de ciego y sus éxitos eran poco prácticos, comparados con las armas y tecnologías de los europeos". Se quedó en silencio un instante y luego giró la cabeza y me dijo: "Por eso casi desaparecemos del todo ( los brujos ), como los puñeteros dinosaurios. Esa es la razón por la que estamos experimentando con las energías sicofísicas o espirituales o como prefieras llamarlas, empleando métodos científicos, y estamos adelantando mucho".

Nos estrechamos las diestras e intercambiamos varios saludos secretos sin que mediaran presentaciones orales, ante la mirada asombrada de los más jóvenes y risueña, de complicidad, de los viejos kimbiseros. "Un saludo por cada hermandad a la que pertenecen..." _escuché que le explicaba el Chino a Fabio, Cuco y otros dos jóvenes que me habían presentado al llegar. 

"En la marea de la modernidad se ha perdido casi todo el conocimiento mágico tradicional, o eso creía todo el mundo" _continuó el Padre Umbral. Su lenguaje era educado, pero su voz pronunciaba las palabras con cierta inseguridad, como si no se fiara del todo de ellas. No era precisamente un hombre culto cuando el espíritu de Andrés Petit, fundador de la regla Kimbisa del santo Cristo del buen viaje, se le manifestó estando preso en Cuba y empezó a instruirlo en la que sería la misión de su vida: fundar la Nueva regla Kimbisa_. Ese evento sobrenatural marcó y transmutó su ser para siempre, colmándolo de conocimientos que el santo Petit confió en su cabeza, para hablar por su boca y guiar a sus hijos desde la dimensión de luz que su espíritu alcanzó al liberarse del cuerpo y de este mundo.

"Pero todo está registrado en la música, como una copia de seguridad grabada en frecuencias sonoras cuya existencia habíamos olvidado. No andaban mal encaminados los ocultistas europeos con el asunto de la música de las esferas y el principio hermético de la vibración sonora, pero mientras ellos poseían la teoría y el lenguaje musical capaces de explicar la magia, pero careciendo de ella en la práctica, tras siglos de racionalismo; los brujos africanos conservaban sus primitivos trances cuando sonaban los tambores rituales y concluían lógica, pero erróneamente, que el poder estaba en y era el, propio tambor. En realidad el objeto tambor contiene la carga negativa o pasiva, el hardware, por decirlo de alguna manera, pero la música es la energía positiva, la información espiritual activa, el software que completa el poder mágico del tambor cuando se le hace sonar en la frecuencia y el ritmo adecuados. Existe un mambo ( música, tonada ) o varios, para cada espíritu y para cada cosa que se quiera ver o hacer" _Argumentaba con la precisión de un profesor y con la naturalidad de un frutero. Llevaba unos chinos desgastados, botas de montaña y un morral de cuero en bandolera. Al fijarme mejor, veo que no se trata de un morral cualquiera y que el cordón de cuero que lo sostiene y le cruza el torso desde el hombro hasta la cadera, presenta varios bultos pequeños, semillas, cuentas, metales y colmillos, entre otros elementos atados, como un collar de guerra. Después supe que solo lo lleva en las ceremonias y trabajos y nunca a la vista cuando sale de la selva.

A los nuevos kimbisa no les gusta exhibir prendas que puedan delatarlos como brujos; prefieren pasar desapercibidos en el mundo cotidiano, "para que no nos puedan cazar la pelea", me dice el Chino guiñando un ojo. Sus protecciones las llevan bajo la piel, tatuadas con una tinta cuya receta es secreta, formando patipembas o firmas mágicas correspondientes a sus aliados espirituales, ángeles de la guarda, etc. De esa forma siempre las llevan consigo hasta en la cárcel y solo las muestran cuando quieren, al desnudar el torso, pues los tatuajes kimbisa empiezan ( de kunanchila ) con la cruz del primer rayamiento en el lado izquierdo del pecho, sobre el corazón y se van enriqueciendo con nuevos dibujos simbólicos, a medida que el iniciado avanza en el sendero espiritual de su regla. 


¿Y cómo encontraron ese camino, maestro? Le pregunto al Padre Umbral. ¿Fue el trabajo de los herméticos lo que les puso en la pista correcta o fue revelación del propio Andrés Petit, como se rumorea? 

Se queda un rato inmóvil, pensativo _gesto al que ya me voy acostumbrando_ y luego asiente varias veces con la cabeza, como si recibiera instrucciones de un entrenador invisible.

"Es verdad que fue Andrés el que me insistió en que investigara en la música y estudiara la vibración de los sonidos en relación con la energía y los planos espirituales _comenzó de pronto Umbral mientras sacaba una pipa de madera y un saquito de tela del morral. Metió la pipa en el saquito y la llenó con una mezcla de plantas secas en la que había de todo, hasta tabaco, aseguró_, pero si no llega a ser por la tecnología digital no hubiéramos podido dar pie con bola. El trabajo inconcluso que se llevó Andrés a la tumba era sobre la música y los sonidos, en gran parte, y tuvo que esperar casi cien años para que apareciera la tecnología adecuada ( programas informáticos, ultrasonido, binaurales, instrumentos de alta precisión y fidelidad, etc ) y un tipo lo suficientemente loco o desesperado, como yo, para hacerle caso y embarcarse en esta aventura".

Pregunta: ¿Cómo se le manifiesta el espíritu de Andrés Petit? ¿Es una voz o también puede visualizarlo, como a un fantasma?

Respuesta: "La primera vez fue en medio de una crisis nerviosa en la prisión. Tocar fondo es duro, pero tocar fondo en el tanque( la cárcel ) es el infierno. Y en ese punto estaba yo, disolviéndome en la mierda del fondo del tanque, cuando de pronto, en el momento más crítico, se me apareció Andrés Petit por primera vez y me salvó. 

En esa ocasión lo vi perfectamente, como te estoy viendo a ti ahora, pero me encontraba tan mal que creí estar alucinando. Pero después continuó visitándome en sueños y lo que me decía tenía sentido y continuación, ¿sabes? Era de locos y metía respeto, pero yo no tenía nada que perder, así que empecé a hacerle caso y a tomar nota de todo lo que me decía, primero disimulada y luego, abiertamente.

 Al principio solo escribía en la celda, pero después me llevaba la libreta y el lápiz a todas partes y había gente que creyeron en mi y me cuidaban para que nadie me molestara cuando entraba en trance en cualquier parte y me ponía a escribir. Podía escribir horas de un tirón, si estaba cómodo y nada me interrumpía. Cuando escribía entraba en un estado de semi trance en el que veía la realidad ordinaria borrosa o desenfocada y tenía que detenerme para no tropezar. No lo veía, pero escuchaba su voz y si entornaba los ojos, lo hacía con más claridad y podía escribir al mismo tiempo. Funciona mejor que los sueños, que se pueden olvidar o confundir y resulta más sano que un coma o un colapso nervioso, que son otras formas espontáneas de vislumbrar otras dimensiones". 

Pregunta: ¿Qué pasó a continuación? ¿Cómo le salvó y cuál es el estado actual de su comunicación con el espíritu de Andrés Petit?

Respuesta: "No fue solo que mi caso se resolviera de pronto, por un golpe de suerte y que fuera absuelto cuando tenía todo, hasta a mi mismo, en mi contra, sino que fue como una cura de caballo que me hizo despertar a lo bestia, en todos los sentidos. Yo era kimbisero y religioso, pero había perdido la fe y el rumbo, así que cuando me vi libre, fue como un milagro, ¿me entiendes? Uno se abandona hasta morir cuando pierde la fe, pero la súbita revelación de la existencia sobrenatural nos aporta la fuerza que necesitamos para levantarnos y seguir adelante. Cualquier cosa es posible después de eso. 

En mi caso, dejé de vivir a lo loco, me limpié y me centré. Por primera vez sabía lo que quería en la vida y tenía confianza en mi mismo. Nunca más he vuelto a sentirme solo. Tú me entiendes: es algo que nos pasa a todos los muerteros, pero no es lo mismo experimentar trances leves y confusos de cualquier nfuiri perdido ( que es lo que más abunda: espíritus recién descarnados y totalmente desorientados que se quedan pegados en racimos a este plano, hasta que, con el tiempo, consiguen ascender, si no los atrapa un karire por el camino o un brujo con una botella ) a que baje por voluntad propia un espíritu elevado ( casi o más que un santo, en mi opinión ), como el de Andrés y no se limite a responder preguntas simples, dar consejos o mensajes ambiguos y hacer curaciones ( como muchos mpungus, nkisis, orishas y santos ), sino que dicta libretas enteras de conocimiento esotérico de valor incalculable. 

Actualmente no hay necesidad de una comunicación tan fluida e intensa, pero siempre que surge un problema o pregunta importante, nos avisa y ayuda; por eso es Andrés Petit y no San Luis Beltrán el espíritu guía de la Nueva regla Kimbisa. Y no solo a mi, se le manifiesta a todos los nuevos kimbisa al menos una vez en la vida, generalmente en el rayamiento Padre y en momentos de vida o muerte. 

Puedes preguntarle a cualquiera. Aquí todo el mundo tiene su relación especial con Andrés, pero cuando se trata de un aviso o mensaje general, todos lo recibimos a la vez. Y si se manifiesta en sueños, a la mañana siguiente todos recordamos lo mismo. Claro que eso es aquí, que es donde hay más nuevos kimbisa juntos, pero a medida que uno se aleja del campamento su influencia va menguando".

Pregunta: ¿Qué más diferencia a la nueva kimbisa de la kimbisa tradicional y cómo es la vida en la Aldea, en ese sentido?

Respuesta: "En realidad da igual, todos somos kimbiseros y trabajamos con Andrés Petit, pero nosotros estamos en contacto directo con su espíritu, así como el propio Andrés estuvo en contacto directo con San Luis Beltrán, que fue su guía espiritual en su tiempo. Los primeros kimbisa dedicaron muchos esfuerzos al estudio de la magia negra y del espiritismo aplicados a la adivinación, a la curación física y a la limpieza espiritual, por lo que sus templos en La Habana eran abiertos al público que acudía en busca de consejo y ayuda; pero nosotros estamos concentrados en la investigación y por eso tenemos que mantenernos en secreto, sin implicarnos demasiado con la comunidad. Con todo y eso, tenemos que mudar el campamento cada cierto tiempo. Así llevamos más de una década, desde que salimos de Cuba. Hemos estado viviendo largos períodos en Tampa, en la zona de la frontera con Mexico, en Colombia, Perú y Brasil. Pero desde que llegamos a la Amazonia supimos que la selva es nuestro hogar definitivo. Las máquinas de talar tardarán todavía otros diez años en llegar hasta aquí, si no logramos detenerlos antes. Ese es uno de nuestros objetivos: salvar la selva amazónica, el corazón del mundo.

En la Aldea hay que hacer de todo. Cultivamos algunas cosas y principalmente recolectamos, criamos animales, cazamos, pescamos, construimos, reparamos, cocinamos, etc. Nos repartimos las tareas y el resto del tiempo lo dedicamos a nuestras cosas. Aquí todos tenemos proyectos individuales y a la vez colaboramos en los colectivos, como el concierto de esta noche. Tenemos cierta influencia de las tradiciones espirituales del lugar, como la ayahuasca y algunos practicamos capoeira, pero también hemos incorporado elementos y experiencias de otras tradiciones esotéricas y de los lugares por los que hemos ido pasando en nuestra peregrinación".

En los días siguientes tuve oportunidad de ver cómo se desarrollaba la rutina de la comunidad. Se rigen por la luz solar, despertando al amanecer y cesando, con la puesta de sol, todas las actividades "normales", para dar paso a otras muy diferentes: las obras y rituales mágicos, que duran toda la noche y a veces, parte de la madrugada. El sol para trabajar y la luna, para hacer brujería. 

De día son una comunidad horizontal, sin jefes ni estructuras sociales rígidas, pero que funciona con sorprendente eficacia. Cada cual hace lo que sabe y quiere hacer, y las tareas menos agradables o interesantes, como limpiar o ayudar en la cocina, se van rotando entre todos. Trabajan lo justo para cubrir sus necesidades y el resto del tiempo lo destinan a proyectos colectivos e individuales, de índole espiritual. 

A parte de los músicos, que suelen internarse en la selva para ensayar sin molestar a sus compañeros, está el grupo de los recolectores que, además de yerbas medicinales y mágicas y frutos y raíces para la alimentación, buscan nuevas plantas( en el Amazonas hay miles de especies sin catalogar ) y estudian sus propiedades curativas, nutritivas y espirituales. Los más ágiles, silenciosos y con buena puntería, se dedican a la caza( con arco, lanza y cerbatana, como los nativos. Las armas de fuego se destinan principalmente a la defensa contra otros humanos, como bandidos y narcoguerrilleros. Con los indígenas hay respeto e incluso amistad con algunas tribus, que saben que respetan la selva y son gente de palabra ) o captura de diferentes aves y fieras cuyas plumas, pieles y otros ngandos, son muy apreciados en la aldea para la realización de trabajos y prendas mágicos, y en muchos casos también su carne enriquece el menú con recetas exquisitas de sesos de mono, ancas de rana y diversos cuadrúpedos, serpientes, lagartos y hasta algunos insectos y bichos. 

La dieta de los nuevos kimbisa se basa en frutas, tubérculos y verduras que recolectan o cultivan, pescado( la aldea se encuentra junto a un afluente del Amazonas y muchos pasan las tardes pescando en sus aguas ) y chivos y pollos que crían para los sacrificios, pero el responsable de la cocina es un auténtico chef de escuela y entusiasta de la gastronomía de las numerosas tribus y comunidades de toda esa zona de la selva donde convergen las fronteras de Brasil, Venezuela, Colombia y Perú( al menos esa era el área que habían explorado hasta el momento ), que enriquece con sus exóticos( y a veces repugnantes ) platos la mesa kimbisa.

Esa dieta, rica en vitaminas y proteínas, pero muy baja en carbohidratos de lenta asimilación, como los cereales y harinas, los mantiene a todos delgados, pero muy sanos, lo cual se nota en la piel y el cabello, en el brillo de los ojos, la sonrisa perenne y la tremenda vitalidad que despliegan en todas sus actividades, casi como niños.

Toda el agua que beben la filtran y hierven antes de acumularla en tinajas. La suelen tomar en multitud de infusiones y cocimientos de hierbas y raíces medicinales y espirituales que llevan siempre en sus cantimploras. Los medicamentos son muy caros para ellos y la selva les provee de infinidad de sustancias calmantes, estimulantes, curativas, etc, cuyo conocimiento es uno de los mayores tesoros encontrados por los nuevos kimbisa en su éxodo. 

Todas las mañanas me daban un brebaje aromático y delicioso, mezcla de café y hierbas de la zona, que estimulaba todo mi cuerpo y sentidos sin alterar la claridad de mi mente. Podía trabajar, caminar o conversar horas y horas sin sentir cansancio físico ni alteración nerviosa. Ellos la toma todo el día, sobre todo cuando entran en la selva y durante los entrenamientos físicos.

En general todos hacen mucho ejercicio y poseen cuerpos nudosos y elásticos, capaces de trepar con facilidad por los árboles, de nadar, saltar y correr con vigor y gracia al mismo tiempo, casi como animales. Me precio de mantenerme en forma a mis cuarenta y pico de años, pero en la Aldea vi hombres y mujeres de la edad de mis padres que lucían mejor que yo y, definitivamente, se encontraban en mejor forma que un servidor. 

"Somos animales que piensan, no cerebros que caminan", me dijo Umbral cuando le pregunté sobre el énfasis que ponía en el desarrollo físico de sus discípulos. "Si no podemos desarrollar nuestro cuerpo físico ( que es sólido y visible ), cuidarlo, fortalecerlo y perfeccionarlo a voluntad, cómo podemos pretender desarrollar las habilidades del espíritu, que es invisible e impalpable. El cuerpo del brujo debe estar limpio y afilado, como el templo y el machete".

Pregunta: ¿Eso se lo dijo Petit o es algo que aprendió de la filosofía oriental? Tengo entendido que era usted karateka antes de entrar en contacto con el santo Petit.

Respuesta: "Cierto, yo practicaba kárate en Cuba y judo, desde chama. Aprendí mucho, pero no lo sabía. Me refiero al conocimiento filosófico y mágico que contienen las artes marciales budistas y taoístas. Todo eso estaba en mí, pero yo solo me fijaba en la parte violenta y emocional de esas disciplinas, en el combate. Yo me crié en un ambiente duro y tuve una vida muy dura en Cuba hasta que caí preso. Practicaba, bebía, buscaba pelea y me metía en problemas. Estaba perdido. 

No, Petit no me dijo nada de filosofía oriental ni de artes marciales, pero esas cosas estaban en mí cuando el santo me habló y me liberó del miedo, y entonces salieron a flote y las vi desde otra perspectiva, y seguí profundizando. Tal vez por esas cosas me eligió."

Me explicó que le enseñaba artes marciales a sus ahijados porque creía firmemente en que desarrollaban el autocontrol, los sentidos y reflejos, la mente y la voluntad( que es poder espiritual en estado puro ), pero que no se los imponía. 


"Les dejo que elijan los deportes, disciplinas y actividades que prefieran. Lo que pasa es que hay varios muchachos que también practicaban artes marciales antes de llegar aquí, sobre todo los brasileros. En este país hay una larga tradición de judo, jiu jitsu y capoeira, que tiene raíces africanas. Capoeira es música, danza, guerra y magia, indio y africano a la misma vez, por eso nos vino como anillo al dedo y se integró naturalmente a nuestra propia forma."

Esa forma a la que se refiere Umbral es la liturgia actual de los nuevos Kimbisa, que comprende música propia( creada y ejecutada por sus músicos ), cantos y rezos( en una mezcla de español con palabras bantú y yoruba, entre otras culturas ), danza(  que al igual que la música, es creada con elementos de diferentes cultos afroamericanos, orientales y occidentales, tradicionales y modernos, para inducir el trance mediante las vibraciones mágicas del sonido y del movimiento ) y el lenguaje visual de sus patipembas, prendas y ritos.

"Lo que sí me enseñó el santo Petit con insistencia fue que el fundamento del poder Kimbisa y la esencia de su nueva regla, es la diversidad y mezcla de sus fuentes, y la libertad que tienen sus seguidores para experimentar con ellas en busca de su propio camino" -continuó el padre Umbral-.

"Es bueno conocer la tradición y partir de lo mejor de su conocimiento, pero sin fanatismo por lo viejo, ni fobia a lo nuevo. Es preciso razonar lo que aprendemos sin repetir como cotorras, para separar los verdaderos secretos mágicos de lo que es solo floklore. Nosotros hemos comprobado, por ejemplo, que no influye en qué lengua se hable o se cante, ni cómo se baile o se actúe, en el resultado mágico de un ritual; lo que sí resulta decisivo es conocer el significado de las palabras, decirlas o cantarlas de kunanchila, con corazón y que la música mantenga el ritmo preciso. Da igual la forma o estilo con la bailes, hermano, si sigues el ritmo correcto, tarde o temprano te montas( caer en trance ).

Pregunta: Pero en los toques de ocha cada orisha responde a un baile determinado, ¿no?

Respuesta: Pregunta con trampa( risas ). Vamos a ver, ¿qué fue primero, el baile o la música? La cosa está en el ritmo. Cada ritmo es diferente, cada toque para cada orisha, o para cada mpungu, nkisi, nfuiri, loa, santo, karire y el diablo colorao, es diferente y, por tanto, el baile que brota de los pies de la gente de forma natural al seguir cada ritmo, también sale diferente. 

Lo que pasa es que los africanos estaban muy adelantados espiritualmente, pero atrasados tecnológicamente. Sus lenguajes eran limitados en los tiempos y apenas concebían el futuro, pues vivían en un eterno pasado, hasta que llegaron los europeos pegando cañonazos y se los trajeron de esclavos para América. Tampoco tenían escritura propia, hasta que entraron en contacto con cristianos y musulmanes. La única forma de proteger la información que dominaban era el secreto y el culto al secreto, por lo que, para transmitir el conocimiento sin traicionar el secreto, tuvieron que disfrazarlo bajo complejísimas liturgias, con infinidad de toques, cantos, rezos y combinaciones de colores y elementos diferentes, para que los aprendices memorizaran el ritual de forma eficaz, pero sin captar su mecánica.

Andrés Petit intuyó eso en su época, pero era una idea demasiado fuerte para ese tiempo, por eso levantó tantas ronchas y se ganó tantos enemigos con su potencia Abakuá para blancos y mestizos y con su Kimbisa. Date cuenta que en La Habana, en lo que es hoy La Habana Vieja, siempre le estaban cazando la pelea para matarlo como fuera, con makumba o con sevillana. La idea era demasiado fuerte hasta para él mismo, que era muy católico, pues implica que ese dios creador, único y verdadero, que tratan de atribuirse todas las religiones y culturas del mundo, no solo es el mismo en todas partes, sino que además, dejó un regalo, una parte de sí mismo, en cada rincón del planeta. Atiende, porque esto es importante:

Dios es un rompecabezas cuyas piezas están por todas partes, en cada piedra, planta, bestia y en nosotros. Por eso, en cada especie animal o vegetal que desaparece, en cada reserva natural que se agota, en cada pueblo o cultura que se esfuma, perdemos una pieza de Dios, un trozo de la Verdad. Los humanos tenemos que parar ya de matar y destruir al mundo antes de que sea demasiado tarde. Quién sabe en cuáles especies y mentes se esconde el secreto de la vida eterna o la clave para viajar a mayor velocidad que la luz y poder conquistar el universo. 

Pregunta: Hay que admitir que la humanidad en conjunto tiene cada vez más consciencia ecológica y madurez social e incluso espiritual, comparada con la de hace dos o tres décadas, pero la máquina en la que viajamos todos ha perdido los frenos y nadie encuentra el modo de detenerla o desviarla hacia otra parte que no sea un final apocalíptico. Ni las religiones, ni las ideologías políticas, ni las tecnologías más modernas lo han conseguido. ¿Qué podemos hacer nosotros, simples personas, para salvarnos a todos?

Respuesta: "Debemos dejar de culpar a otros de nuestros problemas y de esperar a que otros los solucionen. Todos somos culpables directa o pasivamente del estado del mundo, desde el dueño de la empresa que ordena verter residuos químicos en las aguas, hasta el camionero que la ejecuta, el gobierno que lo permite y los consumidores que compran el producto. Tanta culpa tiene el que mata a la vaca, como el que le aguanta la pata. Por eso todos debemos cambiar ya mismo, sin esperar a que otros lo hagan primero. Y cambiar significa despertar y enfrentar la Verdad. Eso es lo que hacemos aquí, aceptar nuestra responsabilidad con el mundo y enfrentar la Verdad."

Pregunta: Usted habla de la Verdad como si ya hubiese sido descubierta y solo bastara mirarla fijo, pero, ¿a cuál Verdad de las tantas conocidas se refiere, o se trata de una Verdad inédita descubierta por los nuevos kimbisa o desvelada por Andrés Petit u otra entidad espiritual?

Respuesta: No hay que complicarse tanto, hermano. La Verdad es muy sencilla y todos la conocemos, pero a la mayoría de la gente le asusta hablar de ella y se evaden como locos en mil caminos sin salida. Me refiero a la Muerte, claro, la única certeza compartida por todas las personas del mundo y alrededor de la cual crece la humanidad. 

La muerte es la trama de la vida. El resto de las historias en que nos involucramos y que tanto nos preocupan( trabajo, dinero, sexo, amor, moda, apariencia, coches, mascotas, amigos, vacaciones, etc ) son secundarias, hasta tanto no resolvamos el conflicto primordial, la raíz del drama humano, que es la muerte. Da igual si vivimos siete o setenta y siete años, y si los vivimos felices o amargados. Nada de eso cambiará el destino de la muerte y por eso es un despilfarro vital, un lento suicidio. Debemos apuntar todos nuestros esfuerzos, tanto individuales como colectivos, hacia la solución de ese escollo contra el que se han estrellado todas las civilizaciones anteriores."

Pregunta: ¿Y es eso posible, vencer a la muerte? 

Respuesta: Qué más da, ¿acaso tenemos otra opción?

Pregunta: Cierto, pero saberlo resultaría muy estimulante. Mucha gente pierde la esperanza y se resigna a morir, pues no encuentran razones para seguir luchando o se esconden en alguna fe ciega y cruzan los dedos para que exista un paraíso esperándoles. ¿Qué les diría esas personas? ¿Al menos hay esperanza?

Respuesta: "Esa es la misma pregunta que se hizo Andrés Petit en su momento y a la que dedicó la mayor parte de su vida, al igual que todos los verdaderos sabios del pasado o del presente. Pocas personas lo han conseguido a través del tiempo, pero sí, es posible trascender, más que vencer a la muerte, y Petit fue una de ellas.

Vencer a la muerte o, lo que es lo mismo, vivir para siempre, lo lograrán las ciencias y sus tecnologías algún día no tan lejano, pero mientras tanto, lo que sí podemos hacer es trascender la muerte. Encontrar el modo de fundir nuestra mente con nuestro espíritu de forma consciente antes de morir, para poder marcharnos con él cuando abandone el cuerpo. Es decir, alcanzar la iluminación, como suele decirse."


Pregunta: ¿Y Petit le reveló el secreto para trascender la muerte?

Respuesta: "El santo Petit( Petit después de morir su cuerpo ) me detalló su experiencia( de hecho me contó casi toda su vida ) y eso ha sido de gran ayuda para esbozar un sistema que pueda funcionar con más personas y empezar a desarrollarlo. El dice que en este tiempo ya contamos con los medios y la capacidad para llevarlo a cabo con éxito, pero en el pasado ni siquiera el Buda había logrado crear un sendero preciso hacia la iluminación que pudieran seguir sus discípulos y los de éstos, tras su muerte. Tradicionalmente, la iluminación siempre se conoció en los círculos esotéricos como una hazaña individual, original e irrepetible, que cada persona debe resolver a su manera. La oración, la meditación y el trance son las formas o vías principales para alcanzar la iluminación. Todas funcionan, pero ninguna puede garantizar, ni de lejos, el éxito de las personas que las cultivan.

Nosotros estamos tejiendo un sistema integral para alcanzar la iluminación, con los retazos de conocimiento espiritual de las principales culturas y tradiciones esotéricas conocidas. Hemos adelantado mucho desde que llegamos aquí, pues la selva nos ha brindado la paz y el poder para hacerlo. Ella sabe que de nuestro éxito puede que dependa también su salvación. Sin embargo, aún es pronto para lanzar cohetes; no lo sabremos con seguridad hasta que pasen algunos años de resultados estables que podamos contrastar.

Entre tanto y con la guía del santo, hemos encontrado ciertos frutos y plantas medicinales y de poder que, combinados, disminuyen considerablemente la oxidación de los tejidos, ralentizando el envejecimiento del cuerpo y de la mente. Si a eso sumamos el intenso entrenamiento físico e intelectual al que nos sometemos, y la fuerza( energía, poder espiritual ) que absorbemos en nuestros ritos y viajes( astrales, en sueños y con plantas de poder ), creo que es muy posible que la mayoría de estos muchachos, si no todos, alcancen la iluminación a tiempo. Algunos ya lo han logrado, como la mayoría de los veteranos".

Pregunta: ¿Puedo probar esa combinación de plantas?

Respuesta: "La has estado bebiendo todas las mañanas desde que llegaste, y algunas tardes también. Parece que te gusta( risas ). ¿Cómo te sientes?"

Me quedé pensando unos instantes y tuve que admitir que me sentía estupendamente, tan bien que ni me daba cuenta. Dormía a pierna suelta y me despertaba fresco y con energías de sobra para toda la jornada. Hasta mi mente era más clara y rápida, cosa que había achacado en un principio a la pureza de la selva, pero ahora sabía que esa no era la única causa. En los jóvenes no se apreciaba tanto, pero tenía que reconocer que los más viejos del grupo, gente de mi edad y más, se encontraban en óptima forma física y lucían más jóvenes que yo. Tampoco recordaba haber visto a nadie enfermo o tan siquiera tosiendo, ni de mal humor. Se trataba sin duda de aquella especie de café. 

Pregunta: ¿Sabe que podría ganar mucho dinero con esas plantas, verdad? No tendrían que trabajar para subsistir y así podrían dedicar todo el tiempo y esfuerzos a la búsqueda espiritual. También contarían con más recursos para albergar a mayor número de estudiantes y adquirir mejores instrumentos y equipos...

Respuesta: "E inmediatamente se nos llenaría la selva de gente y máquinas sin corazón, arrancando árboles y plantas sin ton ni son, pisoteando vida y belleza, espantando a las aves con sus ruidos y a los espíritus con los flashes de sus cámaras. Ni la selva ni sus hijos( los indígenas ) nos los perdonarían jamás."

Pregunta: Pero esas plantas podrían hacer más larga y saludable la vida de la gente. ¿No existe algún modo de compartir ese bien con el resto de la humanidad sin traicionar a la selva y alterar la paz de la aldea kimbisa?

Respuesta: La población humana ha crecido desproporcionadamente en los últimos siglos, como un cáncer, destruyendo miles de especies a su paso y amenazando ahora con destruirlo todo en su suicidio apocalíptico. ¿Porqué querría el monte alargar la vida de su enloquecido enemigo mortal? Mucha gente tiene que morir todavía para que el número de humanos baje a un nivel inofensivo para el resto de las especies. La gente tiene que entender que en esta guerra para salvar al mundo, los malos somos nosotros.

Esas yerbas hay que ganárselas. No podemos alargar la vida de todas las personas o sería el fin del mundo en pocos años. Sólo las personas con corazón, que buscan su evolución integral sin fastidiar la vida de los otros, merecen ser más fuertes, ágiles e inteligentes durante más tiempo. ¿Te imaginas lo que pasaría si nuestro café llega a caer en manos de tiranos como Fidel Castro? Ni en el año 3000 volvería a ser Cuba libre."

Pregunta: El mundo está lleno de buenas personas, con buenas intenciones, pero que están atrapadas en la telaraña de la sociedad sin saber qué hacer, qué camino tomar para liberarse y ayudar a hacer de éste un mundo mejor. ¿Qué les aconseja a esas personas? ¿Cómo ser alguien con corazón? ¿Qué pasos deben dar para emprender la senda de la iluminación?

Respuesta: "El camino más rápido es éste, el nuestro. Pasarse de bando totalmente. Dejar el ejercito humano al que llaman sociedad y sus ciudades-campamentos, para abrazar la causa del planeta. Vivir en el monte y seguir sus reglas y enseñanzas. Mucho más duro es tratar de evolucionar en medio de la sociedad, pero el miedo al cambio es tan intenso que la mayoría prefiere seguir encadenados en lo que van dando tímidos pasos hacia la liberación.

A ellos les diría que traten de vivir como guerreros, sin sentir lástima de sí mismos, ni perder el tiempo en odios, envidias, lamentos y ambiciones sin sentido. Un guerrero solo posee lo que puede cargar encima sin dejar de viajar ligero, aquello que puede darle poder en vida y más allá de la tumba. Acostúmbrense a prescindir de todo lo demás, porque ni el dinero, ni el éxito, ni la fama, ni la belleza física, consiguen nunca trascender la muerte. Esas cosas banales que proyecta el ego son demasiado pesadas y siempre se quedan en tierra cuando el espíritu se libera del cuerpo, Por eso deben a acostumbrarse a vivir sin ellas cuanto antes. 

No se trata de vivir en la calle o bajo un puente. El dinero no es malo por sí mismo. Se trata de ganarlo y emplearlo únicamente en buenas cosas. No consumir productos innecesarios, de lujo, dañinos para el medioambiente o para la salud humana, o que sean fabricados por empresas y gobiernos que contaminan, explotan a sus trabajadores y ayudan directa o indirectamente a la alienación de las masas y a la destrucción del planeta. 

El verdadero poder del pueblo en la sociedad moderna no radica en el derecho al voto, sino en el consumo. El voto y las elecciones no cambian mucho, solo las caras de los títeres de turno de los poderes económicos. En cambio, el consumo sí es un voto de peso, pues puede hacer subir o caer empresas en un santiamén. ¿Te imaginas lo que pasaría si un buen día la gente decide no comprar más en las tiendas de los chinos o o dejar de beber Cocacola? Para restaurar la atmósfera y salvar al planeta solo es necesario que un tres por ciento de la humanidad renuncie a montar o usar nada que funcione o sea fabricado con derivados del petróleo durante 12 días. Ese es el tiempo que necesitará el resto del mundo para reconocer la salvación en ese gesto y comenzar a imitarlo.

Por eso el santo Petit dice que en esta época sí contamos con los medios para concebir un sistema integral y universal de iluminación. Pienso que se refiere a Internet y a los nuevos medios de comunicación, como los teléfonos inteligentes, que permiten a millones de gente ponerse de acuerdo en todo el mundo para hacer algo tan sencillo y aparentemente inofensivo como no beber más ron Havana Club, o no entrar más a un McDonald's, o no comprar más nada que sea made in China, por ejemplo.

Podemos acabar sin armas con el terrorismo, si logramos liberarnos del petróleo y superar las tecnologías que lo emplean. Los combustibles y energías alternativos están listos para dar el cambiazo, pero mientras sigamos comprando petróleo y exista un gota que extraer en el mundo, seguiremos en guerra. Elegir la bicicleta y el cartón antes que el coche y el plástico, es votar contra el terrorismo y ganar.

Para acabar con el machismo y la violencia doméstica solo tienen que dejar de consumir culebrones y canciones con letras estúpidas que reafirman la imagen de la mujer objeto y el culto al macho alfa.

¿Quieren acabar con la violencia en las calles? No compren más las drogas en el mercado negro. Cultiven sus propias drogas e intercambien con otros cultivadores para auto consumo.

 Dime qué consumes y te diré quién eres. La única forma de vivir dentro del monstruo de la civilización sin hacer daño al mundo, es consumir responsablemente, pensando en todos. Hay que mantenerse bien informados sobre los productos que tratan de vendernos y todo lo que hay detrás de su fabricación. Eso por un lado.


Por otra parte, hay que ser solidarios y ayudar sinceramente a otras personas que lo necesiten. Y no me refiero a la limosna para comprar pan, sino a ayudar a otros a hacer o a ganarse, su propio pan. No impedir ni ver con malos ojos el desarrollo de otras personas. Cambiar la envidia por la fraternidad es, sin duda, otra buena manera de crecer el corazón. Hay que compartir el conocimiento cuando las personas están listas para asimilarlo bien, ya que cada nueva generación tiene derecho a saber y, al mismo tiempo, es una semilla cargada de nuevos caminos.

Otra cosa importante y lo se porque lo he visto con estos ojos en todos los países por los que he pasado, donde la gente es esclava de sus empleos, es la necesidad de independencia económica. No hay nada malo en trabajar para otros, si nos gusta el empleo y tiene una buena remuneración, pero si no somos capaces de montar nuestro propio negocio o de encontrar un buen empleo a nuestra medida, es poco probable que logremos algo tan complejo como la iluminación. La iluminación necesita tiempo, energía y concentración, cosas que son casi imposibles de juntar llevando una vida de asalariado e invirtiendo nuestras mejores 40 horas semanales en algún insípido trabajo por cuenta ajena. Los días libres no bastan para vaciar la mente de toda la basura acumulada durante la semana, ni dos meses de vacaciones en un templo en el Himalaya son suficientes para alcanzar la iluminación.

El que tenga los recursos, felicidades, pero la mayoría somos pobres y nos vemos obligados a empezar la vida adulta como esclavos. Pero no debemos acostumbrarnos a esa condición, ni tampoco hundirnos en la auto lástima o lanzarnos como locos en cualquier aventura. Hay que trabajar con objetivos claros y voluntad, sin desviarnos en tonterías, hasta saltar a una mejor situación, desde la que podamos independizarnos por fin. 

Ahí es donde entra a jugar un papel estelar la brujería, que es una antigua, pero eficaz( sin ser superada hasta el momento ), tecnología espiritual para abrirnos camino por el mundo. Es la técnica mágica del cazador que se convierte en guerrero y del guerrero que se transforma en brujo. Ese saber es la herencia de los sabios del pasado, hombres y mujeres que vivieron con corazón en tiempos más primitivos y duros que los actuales y, por tanto, solo debe ser compartido con gente con corazón. Da igual su sexo, edad, raza o preferencias sexuales, mientras tenga corazón y éste lo lleve a la magia, la magia le abrirá sus puertas. Así es como hacemos aquí. No nos anunciamos, ni salimos en el mapa, pero si alguien nos encuentra le hacemos la prueba y si la pasa, lo aceptamos.

Pero volviendo al tema: la magia o brujería nos ayuda a sacar el máximo partido posible de nuestras aptitudes y circunstancias por muy escasas y difíciles que estas sean. La consulta con el brujo es el primer paso hacia la iluminación; encontrar un maestro o guía que nos enseñe a guerrear. Al igual que hay que mantener una dieta sana, hacer deporte y visitar periódicamente a los médicos, para mantener una buena salud física, también es fundamental mantener una buena higiene espiritual y consultarnos regularmente. Esto es, aprender a despojarnos y a atender las prendas recibidas, como mínimo. Cada persona debería tener al menos un buen makuto, nkuyo o mpaka, para que le proteja de todo mal y le lleve a su destino por el camino más corto o seguro."

Hay que usar la brujería para independizarnos, pero una vez libres, debemos invertirla en nuestra evolución espiritual, en vez de enfocarla solo en ambiciones y placeres terrenales. No es que sea malo vivir para el placer, es que constituye una pérdida, generalmente irreparable, de tiempo vital.

Después de dominar ese nivel básico de iniciación, podemos pasar al segundo nivel, que en nuestra regla equivale a convertirse en Padre o Madre( tata o yayi ). El objetivo primordial del segundo rayamiento es hacernos jurar( asumir responsabilidad ) por los nuevos secretos que vamos a recibir. Estos secretos son, como tú bien sabes, el trance, vititi( la vista mágica, los oráculos ), las patipembas y obras( trabajos y prendas ), el viaje astral( consciencia astral ), el ensueño( sueños lúcidos ) y las plantas de poder( diferentes palos y yerbas medicinales, mágicas y enteógenas ). 

También pertenecen al segundo nivel, aunque provenientes de la India y Asia, las artes marciales, la meditación y la visualización, entre otras disciplinas esotéricas orientales que nosotros incorporamos al cuerpo kimbisa. La brujería tradicional afroamericana cuenta con sus propios medios para alcanzar la iluminación, pero no está de más conocer los éxitos en ese sentido que han logrado los maestros yogis, taoístas y budistas, entre otros. Aquí hay muchachos que se sienten muy atraídos por todo lo oriental, por lo que es más probable que alcancen la iluminación con esas técnicas que con las afroamerindias, así que empezamos a trabajar sobre ellos por ahí, mientras que a otros, que son más sensoriales que intelectuales o marciales, les damos plantas de poder en el inicio y si reaccionan bien, seguimos dándoselas. A los más oscuros o muerteros les iniciamos en el trance y el trabajo con las prendas en el templo. Aprenden lo que quieren, pero los mayores siempre hacemos hincapié para que los jóvenes se especialicen en lo que se les de mejor. El que mucho abarca, poco aprieta."

Pregunta: Anteriormente ha mencionado que los nuevos kimbisa no buscan discípulos nuevos, pero que si de algún modo llegan hasta ustedes, les hacen la prueba y, si la pasan, les inician en su regla. ¿Quiere eso decir que yo, como llegué hasta aquí gracias al Chino, puedo pasar la prueba?

Respuesta: "Bueno, tú no tienes que pasar la prueba porque ya la pasaste cuando te rayaron kimbisa del santo Cristo del buen viaje. Si lo deseas puedes solicitar el rayamiento directamente. Nosotros votamos democráticamente y si le caes bien a la mayoría, te rayamos."

Pregunta: En ese caso solicito formalmente el rayamiento y me gustaría pasara antes por la prueba. Siento que necesito esa reafirmación para reforzar mi espíritu. ¿Sería posible o es mucho pedir, maestro?

Respuesta: "Claro que sí, hermano. Eso es cosa tuya y si la sientes, síguela, que tú sabes cómo es esto. Por lo demás no te preocupes, que ya está todo preparado para esta noche."

Pregunta: ¿Para esta noche, pero si acabo de pedírselo y son las cinco de la tarde? ¿Dará tiempo? ¿Y la votación?

Respuesta: "No te pongas nervioso, hermano, pero nosotros sabíamos que venías a eso, aunque nunca lo mencionaste, porque nos lo dijo el santo Petit, y la votación la hicimos la segunda noche que llegaste, mientras dormías como un tronco. Fue rápido( risas ). Tranquilo, le caes bien a todo el mundo, menos a mi( más risas ). Que no, hombre no, que es broma, nos caes bien a todos."

Hasta aquí la primera parte de la crónica de mi corta, pero reveladora y fructífera, estancia entre los nuevos kimbisa, en abril de este año, en la Amazonia, el corazón del mundo. Me ha llevado casi tres meses poner en orden mis notas y recuerdos para redactar lo que vi en forma coherente. Disculpen mis limitaciones narrativas; soy brujo, no escritor. En la segunda parte les contaré mi rayamiento y otras conversaciones que recuerdo con el Padre Umbral. Saludos a todos y que Nsambi acutare!